Retos de la ONU en 2014: conflictos en África y Oriente Medio

Los problemas más graves que deberá enfrentar la ONU en 2014 son las guerras civiles de Siria y República Centroafricana, pero también los conflictos de Malí, la región sudanesa de Darfur, Libia y Palestina. En su tradicional repaso de fin de año, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha dicho que en 2013 el conflicto sirio se «deterioró más allá de lo imaginable». La guerra civil en ese país ya lleva tres años, con 100.000 muertos y tres millones de refugiados.

Ban Ki-moon en rueda de prensa
Ban Ki-moon en rueda de prensa / Foto: UN Photo (Eskinder Debebe)

Ban ha dicho que «el pueblo de Siria no puede permitirse otro año, otro mes, ni siquiera otro día de brutalidad y destrucción». Las agencias de la ONU piden a la comunidad internacional 6.500 millones de dólares para la asistencia humanitaria de 9,5 millones de personas damnificadas por la guerra civil en Siria. Jens Laerke, portavoz y responsable de información pública de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), señala que la petición de este volumen de dinero es «el mayor de la historia para una sola emergencia». La crisis siria es «atroz», según describen la coordinadora del Socorro de Emergencia de la ONU, Valerie Amos, y el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres. «Esperamos que la generosidad que mostraron los donantes en años anteriores se materialice también en esta ocasión. Sin embargo, rara vez los pedidos de fondos son financiados en 100 por ciento», respondió Laerke cuando se le preguntó qué porcentaje de esa ayuda se entregará.

La resolución a la crisis de Siria es más lejana ya que dos miembros permanentes con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, Rusia y China, se oponen a las sanciones contra el régimen asediado del presidente Bashar al Assad. Una conferencia de las partes en conflicto está prevista para el 22 de enero en Ginebra. Pero corre peligro de fracasar por asuntos complejos como quiénes representarán a las fuerzas rebeldes en esa reunión, y la decisión de invitar o no a Irán y Arabia Saudita, además de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia, más Alemania (P5 +1).

Y 2013 fue también el año en el que la República Centroafricana «se ha hundido en el caos», señala. En marzo, un golpe de Estado dio comienzo a la guerra civil, que se hizo abierta en las últimas semanas en ese país de centroafricano. República Centroafricana se ha convertido en «uno de los problemas más graves para la gestión de las Naciones Unidas», sostiene Ban. «Estoy profundamente preocupado por el peligro de inminentes atrocidades masivas», advierte, apelando a las autoridades interinas del país para que protejan a la población.

Mientras, el despliegue de fuerzas francesas y africanas de este mes ha frustrado temporalmente los choques entre efectivos gubernamentales y rebeldes en República Centroafricana. Pero como la violencia se intensifica, se espera que Ban solicite convertir la actual Misión Internacional de Apoyo a República Centroafricana en una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU de pleno derecho, a lo que el foro mundial se ha mostrado renuente hasta ahora.

Ante una pregunta sobre las lecciones que puede haber aprendido en sus seis años en el cargo, Ban ha exclamado que esta «asombrado de que todavía existan tantos problemas sin resolver». Añade que la cantidad de crisis vigentes parece ir en aumento en comparación con su primer mandato, que comenzó en enero de 2007. Por entonces, la situación de Darfur era la cuestión más seria, recueda. El conflicto en la zona del oeste de Sudán se desató en 2003 entre nómadas árabes, con el apoyo de Jartum, y agricultores indígenas negros. «Ahora hay tantos problemas», dice Ban en referencia a Siria, República Centroafricana y Malí. En este último país africano se desató una guerra civil tras el golpe de Estado de marzo de 2012.

Ban aboga por la colaboración internacional. «Nadie, ninguna organización, ningún país, por poderoso que sea, por más recursos que tenga» puede resolver sin ayuda la actual cantidad de problemas. «Esa es una lección muy importante que he aprendido, y es por eso que he estado apelando a los Estados miembros: por favor, trabajemos juntos». Sin embargo advierte que «necesitamos también el apoyo de muchas organizaciones regionales y subregionales».

En la rueda de prensa, Ban también ha presentado algunos logros diplomáticos de 2013. La ONU llegó a un acuerdo histórico para la destrucción del programa de armas químicas de Siria, mientras la Asamblea General de 193 Estados miembros adoptó el Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas, con el cual se «hizo realidad un sueño anhelado durante muchos años». Al mismo tiempo, los Estados acordaron una hoja de ruta para definir la agenda de desarrollo posterior a 2015, que incluirá un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sucesores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuyo plazo vence en el mismo año. Ban también ha destacado que la conferencia sobre cambio climático celebrada en Varsovia en noviembre, «mantuvo las negociaciones en marcha para llegar a un acuerdo en 2015″.

Otro balance positivo del año es que en todo el Sahel y África Occidental, el mantenimiento de la paz y la mediación ayudaron a la estabilidad, y el pueblo de Malí celebró elecciones legislativas de manera pacífica la semana pasada. El «atentado con bombas en Kidal no nos hará retroceder», agregó Ban. El ataque, atribuido a fuerzas separatistas, causó la muerte de dos miembros senegaleses de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (Minusma). Ban también se ha referido al acuerdo alcanzado en noviembre entre los países del P5 +1 e Irán sobre el programa nuclear de este país. «Espero que a este entendimiento inicial le siga un acuerdo global sobre todas las cuestiones pendientes».

Por último, 2013 será recordado como el año en que el mundo despidió con tristeza y celebró la vida del expresidente sudafricano Nelson Mandela (1994-1999). «No se me ocurre ninguna otra cosa que podría desear para 2014 que ver a los gobernantes del mundo emular su ejemplo, honrando sus responsabilidades morales y políticas», concluyó Ban.