Sedigás cree que España puede abastecer de gas a Europa, si falla Rusia

La Comisión Europea reconoce que si Rusia vuelve a cortar el suministro de gas hacia la UE en enero, todos los países se verían afectados, excepto el sur de Francia, Portugal y España. Sedigás asegura que si se potencia la red MidCat, dentro de unos años Epaña podría aportar el 12% del gas que actualmente se compra a Rusia y reducir la dependencia energética. No es fácil.
Presidente Sedigás
Presidente Sedigás / Foto: eXp

La Comisión Europea reconoce que si Rusia vuelve a cortar el suministro de gas hacia la UE en enero, todos los países se verían afectados, excepto el sur de Francia, Portugal y España. Unos datos que coinciden con la celebración anual de Sedigás, que ha pedido al gobierno y a Bruselas que prioricen la red MidCat que permitiría enviar excedentes de gas de las plantas españolas hacia los países del Este. Sedigás asegura que dentro de unos años podría aportar el 12% del gas que actualmente se compra a Rusia y reducir la dependencia energética. No es fácil.

Según datos de 2013, la UE importa de Rusia el 39 % del gas que consume y el 33 % del petróleo. Un estudio de la Comisión Europea presentado hoy, señala que Letonia, Lituania, Estonia, Finlandia, Eslovaquia y Bulgaria dependen al 100% de las importaciones de Rusia, mientras que República Checa y Austria tienen un suministro demasiado concentrado. España es el país sistemas más diversificados ya que recibe este producto de 11 orígenes distintos.

En este contexto, el presidente de la Asociación Española del Gas, Sedigas, Antoni Peris, ha destacado que «es el momento de que España ponga en valor sus infraestructuras y pase a formar parte del sistema de suministro del gas en Europa». Para reducir su dependencia respecto a Rusia, los líderes europeos apuestan en particular por la diversificación de fuentes de suministro, aumentando las interconexiones de la Península Ibérica y el Mediterráneo, según consta en las conclusiones de la cumbre de marzo. El objetivo es alcanzar una interconexión de al menos el 10% de la capacidad instalada de producción eléctrica.

Greenpeace, critica el estudio de la Comisión porque considera que los europeos gastan diariamente más de 1.000 millones de euros en importar energía. Para esta organización la verdadera solución «es una reducción de la demanda de energía y un rápido cambio a la energías renovables, que son energías locales y que hay en abundancia en todos los países». Los responsables de Greenpeace creen que «sólo una estrategia que priorice el ahorro energético y el desarrollo de energía renovable reducirá significativamente la dependencia de Europa de las importaciones de energía a corto y largo plazo» y añade que «proporcionaría más empleos que las inversiones en el suministro de combustibles fósiles».

Hasta ahora la CE había asegurado que la crisis ucraniana y las tensiones comerciales entre Moscú y Kiev por el gas no suponían una amenaza inmediata para los Veintiocho porque las reservas eran suficientes para afrontar una interrupción siempre que las condiciones meteorológicas fueran suaves, pero en el invierno la situación cambia.

Además de la diversificación de suministro, los líderes europeos se han marcado otras actuaciones como la moderación del consumo mejorando la eficiencia energética y el desarrollo de fuentes autóctonas, como las renovables, sin descartar tampoco la nuclear o el gas no convencional extraído mediante fracturación hidráulica (fracking). La UE también quiere aprovechar las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con EEUU para importar gas licuado norteamericano.

Ante la posibilidad de una reducción del gas por parte de Rusia, los países europeos se comprometen a mostrar «solidaridad en caso de cortes repentinos de suministro energético en uno o varios Estados miembros» y a trabajar «como un equipo» cuando negocien contratos con países terceros para aumentar su poder de negociación.