Siempre Abbado

El mundo de la música dice adiós a un gran maestro (aunque no le gustaba que le llamaran así). Este lunes, el director de orquesta italiano Claudio Abbado ha muerto en Bolonia a los 80 años de un cáncer de estómago diagnosticado en el año 2000. El que creímos inmortal se ha convertido en una leyenda para siempre.

Abado saluda al público
Claudio Abbado dirige la orquesta del Festival de Lucerna en 2006

Ha sido una vida dedicada a la música. Nació en una familia de músicos, de un padre violinista y profesor de conservatorio, y de una madre pianista. Estudió composición y piano en el Conservatorio milanés Giuseppe Verdi con su padre Michelangelo Abbado y con Carlo Maria Giulini y se formó en la dirección de orquesta en las Academias Chigiana de Siena y de Viena. En 1958, ganó el Premio Koussevitzky de la Orquesta Sinfónica de Boston y en 1965 tuvo su primer gran éxito en el Festival de Salzburgo, al dirigir la Segunda Sinfonía de Mahler.

Nacido en Milan, Claudio Abbado estuvo al frente de la prestigiosa Scala de Milán desde 1968 hasta 1986 y de la Staatsoper de Viena (1986-1991). También fue el titular de la Sinfónica de Londres durante 8 años y desde 1989 hasta 2002, de la orquesta Filarmónica de Berlín después de Herbert von Karajan.

Durante todos estos años, Abbado era famoso por sus iniciativas como el Berliner Begegnungen, una oportunidad para que los jóvenes tocaran con artistas consagrados. Una carrera impresionante a semejanza de este hombre considerado de forma unánime como uno de los mejores directores de orquesta del mundo.

Revolucionó los códigos de la música comunicando su voluntad de dar a conocer al público y a los músicos, nuevos repertorios u obras olvidadas. Por todo ello, supo convencer a los aficionados más exigentes y a los demás. En Milán ampliaba el repertorio para abarcar nuevas obras, introdujo a directores invitados como Carlos Kleiber. Quería apartar el elitismo de la música clásica para dar a conocer la música a un público más amplio y totalmente nuevo y en primer lugar los estudiantes y los trabajadores.

Su estilo personal, comprometido y reconocible entre todos es indiscutible. Era un hombre abierto, agradable y con una forma de hacer música sensible, profunda y transparente. Hasta el final se empeñó en formar nuevos talentos, comprometerse con los jóvenes y promocionar la música clásica que veía como parte fundamental de la educación del hombre.

En1978, fundó la Joven Orquesta de la Comunidad Europea, la Filarmónica de La Scala en 1982 y la Joven Orquesta Internacional Gustav Mahler en 1987. Fundó la orquesta Mozart de Bolonia y en los últimos años dedicó mucho tiempo y esfuerzos a la orquesta del festival de Lucerna.

A lo largo de su carrera, Claudio Abbado ha sido un defensor de la música contemporánea, promoviendo la obra de Nono, Stockhausen o Rihm. En 1988, impulsó el Festival Wien Modern para ofrecer música del siglo XX.

El pasado 30 de Agosto, fue nombrado senador vitalicio de Italia y decidió destinar su sueldo a la Escuela de Música de Fiesole. Recibió otros galardones como la Medalla Mozart (1971), la Cruz de la Legión de Honor francesa (1989), la Medalla de Oro de la Royal Philharmonic Society londinense (2003), el Premio Yehudi Menuhin a la integración de las Artes y la Educación de La Escuela Superior de Música Reina Sofía, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2010) o el Premio Don Juan de Borbón de la Música (2011).

Hombre tímido, se expresaba con la música y provocaba admiración allá por donde iba No cabe duda de que el magisterio musical del aclamado director se mantendrá y seguirá sirviendo de ejemplo a muchas generaciones de músicos en el mundo.