“Solo puede haber un plan, porque solo tenemos un planeta: llegar a un acuerdo global”

Expertos de todo el mundo en cambio climático analizan retos y soluciones en la XIX Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe

Los Cabos, México. «La ciencia del clima está en la esencia de la formulación de políticas sostenibles. Sin las adecuadas medidas de cambio climático, aumentará la pobreza, será un multiplicador de las amenazas, y el cambio climático ciertamente se suma a la lista de presiones que limitan nuestra capacidad de lograr los objetivos ecológicos, económicos y sociales que forman parte en buena medida del desarrollo sostenible», subrayó Rajendra K. Pachauri, presidente del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), premio Nobel de la Paz.

Rajendra K. Pachauri fue uno de los expertos de alto nivel que han participado en la reunión ministerial sobre el cambio climático en el marco del XIX Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, en Los Cabos, Baja California Sur, México. Convocados por el Gobierno de México, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).Los representantes de 31 países de la región se dieron cita con los principales referentes internacionales en la materia para analizar este desafío urgente.

Mario Molina, premio Nobel de Química, se refirió a las consecuencias de alcanzar ciertos umbrales en el aumento de la temperatura: «Si hay un riesgo del 5, 10 o 20 por ciento de que haya catástrofes muy costosas, ese riesgo es inaceptable para la sociedad. Y eso es lo que la comunidad científica, aunque es muy difícil, está evaluando cada vez con más certeza. Como ejemplo está que desaparezca la selva del Amazonas o que cambien las lluvias de los monzones». El director del Centro Mario Molina, haciendo una analogía, añadió que «el 10 por ciento de probabilidad de que se caiga un edificio es totalmente inaceptable».

Los impactos del cambio climático recaen con mayor fuerza sobre aquellos con menos posibilidad de respuesta, y a menudo sobre aquellos que han contribuido muy poco a sus causas. A pesar de que la región sólo representa el 12 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, ya está experimentando las consecuencias adversas del cambio climático: los patrones y eventos climáticos extremos están aumentando en frecuencia e intensidad, al tiempo que sube el nivel del mar, con el consiguiente riesgo para los países más vulnerables.

En América Latina y el Caribe, los impactos del cambio climático se manifiestan en la catastrófica pérdida de corales, lo cual afecta tanto a la pesca como al turismo de la cuenca del Caribe, así como en el aumento del nivel del mar que afecta a los acuíferos y ecosistemas costeros, y en la intensificación de los huracanes que amenazan a las poblaciones e infraestructuras costeras.

«Estamos tratando de convencer a los que toman decisiones de política económica de que hay ganancia en adaptarse, que hay ganancia en mitigar, que podríamos llegar a identificar los costes por pérdidas y daños acumulables en América Latina a lo largo del siglo XXI, y tenemos políticas que no tienen ningún sentido ya ni social, ni económico, ni ambiental, como es el caso de los subsidios a los combustibles fósiles,» destacó José Luis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

De acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), de no tomarse medidas al respecto, es probable que el impacto económico del cambio climático en la región para el año 2050 tenga efectos devastadores: se calcula que el impacto conjunto de la subida del nivel del mar, el descenso de la pesca y el turismo puedan suponer una pérdida equivalente a entre el 5 y el 30 por ciento del PIB del Caribe; también se verá afectado el suministro de agua a las ciudades (puede que en Quito los costes de suministro de agua aumenten en un 30 por ciento, mientras que La Paz, Lima y Bogotá también se verían afectadas por la disminución del suministro ocasionada por el cambio climático); los costes de salud se verán afectados por una mayor exposición a las enfermedades tropicales; el coste del impacto de los huracanes ha aumentado en dos órdenes de magnitud en la cuenca del Caribe en los últimos 20 años y se prevé que la intensidad de los huracanes continúe en aumento; así como la pérdida de la biodiversidad y la integridad de los ecosistemas.

2014, una oportunidad para el liderazgo de la región en materia de cambio climático

La comunidad internacional se ha comprometido a concluir para el año 2015 un acuerdo mundial y jurídicamente vinculante sobre el cambio climático. Pero el camino es arduo y 2014 es un año clave para impulsar esta negociación. El papel de Perú será fundamental como anfitrión de la XX reunión de la Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y la X reunión de la Conferencia de las Partes del Protocolo de Kyoto.

El ministro del Ambiente de Perú, Manuel Pulgar-Vidal, destacó: «La COP 20 de Lima, que se desarrollará del 1 al 12 de diciembre, constituye un elemento central. No hay forma de tener éxito en el año 2015 si no somos ambiciosos y no logramos tener un borrador sólido, muy sólido, que sea suscrito el próximo año como resultado de la COP de Lima. Sabemos y creemos que América Latina y el Caribe y el Perú pueden mostrar esta capacidad de lograr que al final de este año tengamos ese borrador de acuerdo climático y que podamos ver con mucho optimismo que este va a ser suscrito en el futuro».

«Solo puede haber un plan porque solo tenemos un planeta. No tenemos ninguna otra opción más que sacar el acuerdo global», subrayó Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC). «Yo los alentaría a que nos pongamos la meta de que de aquí a Lima tengamos 144 ratificaciones de la Enmienda al Protocolo de Kyoto, que no obliga en nada adicional a ningún país en desarrollo, solamente le pone las obligaciones a los países desarrollados, para que puedan ustedes decir en Lima: lo que se acuerda se ejecuta y se implementa», añadió Christiana Figueres.

«La sesión especial de hoy sobre cambio climático ha ayudado a centrar la atención en la realidad de que el cambio climático ya está afectando a las vidas y economías de la región de América Latina y el Caribe. Los países han empezado a responder con programas y políticas nacionales, como la pionera Ley General de Cambio Climático de México, pero el diálogo ha confirmado que la acción nacional debe ser completada a través de un marco global para la acción. La próxima COP de cambio climático en Lima representa un hito crucial en el esfuerzo renovado para llegar a un acuerdo global en 2015. De no lograrlo, el distinguido grupo de espertos ha subrayado que se estaría imponiendo un riesgo inaceptable al futuro desarrollo de la región», afirmó el secretario general adjunto de las Naciones Unidas y director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Cada vez son más los países que cuentan con legislación sobre el clima, y en América Latina y el Caribe varios países ya están tomando medidas decisivas al respecto. México, país anfitrión de la reunión de Los Cabos, es un claro ejemplo de ello.

El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Juan José Guerra Abud, afirmó que la posición del país era «no esperar hasta 2015 para que los países empiecen a actuar. México ya está actuando. México está asumiendo su compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. No solamente porque es un mandato de la Ley General de Cambio Climático, sino sobre todo porque esa es la voluntad del presidente de la República, Enrique Peña Nieto». El funcionario mexicano también destacó que el gran beneficiario de la reforma energética del país sería el medio ambiente.

El cambio climático, tema central del trabajo del PNUMA en la región

El cambio climático es un aspecto primordial del programa de trabajo del PNUMA, que está profundamente comprometido en apoyar activamente a los Estados miembros en la adopción de medidas para mitigar y adaptarse a los impactos del cambio climático.

El PNUMA ha conferido un alto grado de prioridad a ayudar a los países a obtener acceso directo a las fuentes internacionales de financiación para asuntos relacionados con el clima. A través de su Portal Regional para la Transferencia de Tecnología y la Acción frente al Cambio Climático en América Latina y el Caribe (REGATTA, por sus siglas en inglés), el PNUMA también está facilitando la transferencia de tecnología y la adopción de medidas en materia de cambio climático, gracias a la financiación de España y Noruega.

Un aspecto importante del apoyo del PNUMA en esta región son los proyectos piloto de adaptación basada en ecosistemas (AbE). El PNUMA ha unido sus esfuerzos a los de los Gobiernos de Colombia y Perú, en alianza con el sector privado, con el fin de catalizar capital para invertir en microfinanzas para iniciativas de AbE de pequeños agricultores. Este proyecto innovador llamado Microfinanzas para la AbE (MAbE), financiado por el Gobierno de Alemania a través de la Iniciativa Internacional sobre el Clima, es pionero en la aplicación de un nuevo enfoque para el logro de resultados de adaptación a gran escala focalizados en pequeños productores, con el capital privado. Asimismo, el PNUMA está promoviendo enfoques basados en los ecosistemas como medio de adaptación al cambio climático en las ciudades, las zonas de montaña y las zonas costeras.

El Centro y Red de Tecnología del Clima (CRTC), brazo operativo del Mecanismo Tecnológico de la CMNUCC, ya está en funcionamiento, y algunos países de la región figuran entre los primeros en haber solicitado y recibido la confirmación de apoyo a sus peticiones de prioridades de transferencia de tecnología.

Los países de América Latina y el Caribe tienen la oportunidad de evitar los errores cometidos por los demás y liderar el desarrollo de nuevos paradigmas y tecnologías que promuevan economías verdes, al tiempo que contribuyan a la mitigación del cambio climático. A través del proyecto en.lighten, todos los ministros de Energía de América Central aprobaron en diciembre de 2013 una estrategia de iluminación eficiente para la subregión.

Los enfoques y estrategias de financiamiento transformadores de la iniciativa de Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques (REDD+), formulados y ejecutados por países en desarrollo de la región, tienen el objetivo de reducir las emisiones y lograr múltiples beneficios para la biodiversidad y los medios de vida en América Latina y el Caribe.