Terminado el estudio sobre el hielo más completo a nivel mundial

Hasta ahora no se había hecho un estudio tan completo sobre los hielos. En el trabajo se recogen las investigaciones internacionales que se han realizado en los últimos años. Se analiza la presencia del hielo en cometas, en Marte, en partículas de polvo en el espacio interestelar, en la atmósfera o en los casquetes polares. El hielo juega un papel esencial en el cambio climático e incluso en el origen de la vida.

Una canasta recoge muestras en el mar cubierto de cubitos de hielo
Mosaico de hielo en el mar de Weddell (Atlántida) / Foto: CSIC

El estudio, en el que han participado 17 científicos de 11 países recoge los temas más actuales que existen en este campo de investigación. Supone la revisión más completa de todas las formas y propiedades del hielo que se han realizado hasta este momento.

Ignacio Sainz del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, explica que «el hielo puede adoptar una multitud de formas cuando se prepara a muy bajas temperaturas y presiones, y cuando se encuentra en cometas, planetas o en partículas de polvo en el espacio interestelar».

El investigador explica que el hielo «puede influir en la química y física de la atmósfera, formando parte de las nubes o en los procesos que tienen lugar en los grandes casquetes polares». También puede interpretar «un papel esencial» en el cambio climático, e incluso en la explicación del origen de la vida, ya que algunas teorías sitúan el origen de los primeros seres vivos de la Tierra en los hielos oceánicos. En el artículo se analiza también su presencia en Marte y en algunos cometas.

Entre los fenómenos que se estudian en el trabajo están las avalanchas, que hasta ahora no se pueden predecir. «Los aludes -dice Sainz- se deben a un cambio en las estructuras internas de las partículas de hielo entre los límites de capas físicamente diferentes, que facilitan el deslizamiento de una de ellas sobre la otra. Pero en la actualidad no podemos predecir la estabilidad física de esa capa».

El proyecto nació en el español Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), coordinado desde la Universidad de Granada que puso en contacto a varios grupos de investigación, posteriormente continuó a través de un proyecto de la Fundación Europea de la Ciencia de la UE.