Un lince muerto durante una batida de caza

Según Ecologistas en Acción las circunstancias que han rodeado la muerte del lince Kenitra en un coto de caza de la localidad de Almuradiel (Ciudad Real) pondrían de manifiesto que es algo bastante más serio que un simple accidente de caza.

La finca donde se ha producido la muerte de este lince del programa LIFE de reintroducción Iberlince de la Unión Europea, es las Navas de la Condesa, cuyo propietario es Jaime Botín. Este titular y esta finca, que goza de fama de buena gestión cinegética y puesta como modelo a seguir por el resto del sector, arrastra un historial de conflictos con especies protegidas y ya en los años noventa fueron multados por la muerte de un águila imperial en un cepo.

Ahora, el incidente con el lince se ha producido durante una batida para cazar zorros, una modalidad de control de predadores poco habitual y muy peligrosa ya que moviliza a muchas personas y armas en zonas con abundancia de predadores, no solo de zorros, y donde es fácil disparar sin haber identificado bien el objetivo.

Un riesgo añadido a la situación es el hecho de que se haya producido esta batida a poca distancia del lugar donde se están soltando los linces del programa de reintroducción. Supuestamente con la autorización y conocimiento de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha.

Los responsables de la finca dieron aviso de la muerte del lince, aunque Kenitra llevaba un radiotransmisor por lo que no cabía otra opción que reconocer cuanto antes lo sucedido ya que se iba a saber en todo caso dónde había muerto el lince.

Ecologistas en Acción reclama de la consejera de Agricultura una profunda investigación y una explicación urgente que no se queden en valorar el resultado final de este triste suceso, sino que profundicen en las causas subyacentes y en el conocimiento de los culpables de las decisiones que han dado lugar a esta lamentable situación.