Una semana fundamental para Grecia

El Gobierno griego ha comenzado una ronda de negociaciones para convencer a los líderes europeos de que es necesario un nuevo acuerdo sobre la deuda. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, podría estar dispuesto a desmantelar la troika y encontrar una alternativa con más respaldo legislativo.

Alexis Tsipras con el presidente de Chipre Nikos Anastasiadis
Alexis Tsipras en Nicosia con el presidente de Chipre, Nilos Anastasiadis

Según el diario alemán Handelsblatt, que cita fuentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, busca una alternativa a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que pueda llegar a nuevos acuerdos con el gobierno griego.

Según explicaba este domingo en el diario griego To Vima, el ministro de finanzas, Yanis Varoufakis, «no quiero hacerles perder el tiempo [a la troika], porque no están autorizados a hablar sobre la sustancia y la lógica del programa» de rescate, y añadía «¿Por qué deberían malgastar su energía y su tiempo?».

El ejecutivo de Tsipras considera «insultantes» para la soberanía griega los acuerdos del memorando firmado por el Gobierno anterior con la troika. Juncker y el primer ministro griego, Alexis Tsipras tienen previsto mantener una reunión en Bruselas el próximo miércoles.

Su primer viaje al exterior, como es tradicional ha sido a su vecino Chipre que también está inmerso en un plan de rescate con la troika. A continuación viajará a París y Roma.

Mientras tanto el ministro de finanzas, Yanis Varoufakis, se encuentra este lunes en Londres para mantener entrevistas con su homólogo británico George Osborne y con representantes de la City. Aunque Reino Unido no pertenece a la zona euro era fundamental tranquilizar a los inversores. Para empezar el ministro griego ya ha anunciado que no nombrarán a cargos de Tsiriza para la gestión de los bancos.

«No haremos nada que dañe el valor de las acciones de los bancos»,ha dicho un portavoz del gobierno Gabriel Sakellaridis, a la cadena de televisión Skai. «Sea lo que sea lo que hagamos en el sistema bancario, lo haremos en cooperación con inversores privados», añadió.

Por su parte el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney. Se ha mostrado comprensivo con la situación griega. Ha avisado de que la política de austeridad de la eurozona podría traer «una nueva década pérdida» y ha pedido a los países ricos que ayuden a los pobres.

En un discurso en Dublín ha lamentado que la instauración de una misma moneda no haya dado lugar a la creación de mecanismos para compartir costes si uno de los países atraviesa problemas. Carney ha abogado por la construcción «de instituciones que permitan compartir riesgos, como las que existen en las uniones monetarias de éxito».

Varoufakis se siente respaldado también por las declaraciones este domingo del presidente estadounidense, Barack Obama, que ha dicho en declaraciones a la CNN que «no se puede continuar presionando a países que están en plena depresión».

Obama ha reconocido la «terrible necesidad de reformas» que tiene Grecia, pero ha insistido en que «es muy difícil iniciar cambios si el nivel de vida de la gente cae el 25%. A la larga, el sistema político y la sociedad no lo pueden soportar».

Pero antes de Londres, Varoufakis ha pasado por París donde ha mantenido un encuentro con su homólogo francés Michel Sapin y el ministro de economía Emmanuel Macron. Sapin ha dejado claro que no habrá una quita pero, ha insinuado que podría haber otras opciones «No, no vamos anular (la deuda), podemos discutir, podemos retrasarla, podemos reducir su peso, pero no anularla». Sobre todo Grecia confía en que Francia e Italia apoyen su postura ante los otros jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona.

En rueda de prensa tras la entrevista con Sapin, Varoufakis ha pedido una cumbre europea y ha rechazado nuevos créditos hasta entonces. «No es que no necesitemos dinero, estamos desesperados» (...) «Lo que quiere este gobierno es acabar con esta adicción» de pedir fondos, ha asegurado.