Los Juegos Olímpicos de Sochi ya están en marcha. Junto al mar Negro y a los pies de la cordillera del Cáucaso, más de 3.500 atletas de 88 países participarán en la ciudad rusa que acoge las Olimpiadas de invierno hasta el 23 de febrero. 1.240 son atletas de los 28 países de la Unión Europea. Tras una jornada inaugural impecable, ahora empiezan los retos de los organizadores, ante unos JJ.OO. amenazados por los terroristas y las críticas al gobierno de los grupos de derechos humanos.
Alemania, con 153 atletas es el país comunitario que más deportistas aporta a Sochi, seguido de Austria (130), Francia, Italia y Suecia, con más de 110 participantes cada uno. Les siguen la República Checa (88), Eslovenia (67), Eslovaquia (63), Polonia (59) Gran Bretaña y Letonia (57). España ha llevado a Sochi 20 deportistas. Malta ha debutado en el olimpismo invernal. Todos luchan por conseguir una de las 1.300 medallas que se repartirán durante los Juegos. A ellos hay que añadir una curiosidad, un miembro de la realeza alemana -Hubertus von Hohenlohe- compite por México, y es el único representante de ese país.
Durante el mes de febrero se disputarán 27 disciplinas, 15 tradicionales en todas las olimpiadas y 12 nuevas. Esquí alpino, Biatlón, Bobsleigh, Esquí de fondo, Curling, Patinaje artístico, Esquí acrobático, Hockey sobre hielo, Luge, Combinada nórdica, Pista corta, Skeleton, Saltos de esquí, Snowboard y Patinaje de velocidad son las 15 disciplinas habituales y debutan otros eventos derivados como biatlón mixto entre hombres y mujeres, patinaje artístico en equipos mixto, luge por relevos mixto, ski half-pipe, ski slopestyle, snowboard slopestyle, snowboard slalom paralelo, y salto femenino en ski.
El estadio que ha acogido la inauguración, el Fisht, tiene una capacidad para 40.000 espectadores y ha costado unos 600 millones de dólares. Más de 9.000 personas han participado durante las dos horas y media que ha durado el acto. Rusia también tiene Troika, uno de los símbolos míticos representado por tres caballos que impulsaban una carroza, ha abierto el espectáculo artístico. Como es habitual, el país organizador, ha estado presente durante todo el acto y ha presentado al mundo un repaso a la historia del Rusia, a los lugares y personajes más emblemáticos y a su cultura, con piezas musicales de Chaikovski y menciones literarias como «Guerra y paz» de Tolstoi. También ha habido referencias a la revolución rusa, con imágenes como la hoz y el martillo, los rascacielos estalinistas, la escultura «Obrero y Koljosiana» o la escenificación de la carrera espacial.
Uno de los momentos más emotivos ha sido el encendido del pebetero. Los encargados de encender la llama olímpica han sido la histórica patinadora Irina Rodnina y el legendario portero de la selección de hockey sobre hielo, Vladislav Tretiak. Han sido los últimos de los 14.000 relevistas que han llevado la antorcha desde Grecia hasta el estadio Fisht, tras recorrer 65.000 kilómetros, viajar al espacio, visitar el polo norte o el lago Baikal. Antes del espectáculo cultural han desfilado las delegaciones que participan en estas Olimpiadas. Esta vez ha sido difícil adivinar el orden en que lo iban a hacer, ya que el orden del desfile se ha determinado por el alfabeto ruso.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, y los primeros ministros de Polonia, Rumanía e Italia, Enrico Letta, han estado entre las personalidades que han asistido al acto de inauguración, presidido por los máximos responsables del Comité Olímpico Internacional y el presidente ruso, Vladímir Putin. Los próximos juegos de invierno se disputarán en la ciudad surcoreana de Pyeongchang en 2018.