Irlanda: las elecciones de la incertidumbre

El pasado viernes, 26 de febrero, más de 3 millones de irlandeses acudieron a su cita con las urnas, tras una legislatura de recortes, diáspora de los trabajadores jóvenes y rescate
europeo.

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elecciones Irlanda/ Foto: Aurora Morales

En estos cinco años, el país ha crecido un 7% en 2015 y tiene una tasa de desempleo inferior al 9%, seis puntos menos que al principio de la legislatura. Sin embargo, la sensación de descontento con el gobierno de coalición conservador­-laborista seguramente perjudique a ambos partidos.

Hoy, sábado 27, es el día en el que se cuentan los votos.

Presenciar el recuento de votos de las papeletas en Dublín es como entrar en una casa de apuestas. Todos los votos correspondientes a la capital irlandesa se cuentan en el enorme recinto de congresos RDS. El espacio está dividido por zonas valladas, correspondientes a las circunscripciones de la ciudad. A un lado de la doble valla, los que cuentan los votos; al otro, los interventores de los partidos, que hacen sus cálculos a lo largo del día, encorvados sobre las mesas.

Explicar el sistema electoral irlandés no es tarea fácil. Ni siquiera para los propios votantes. El país se divide en 40 circunscripciones (43 en las pasadas elecciones de hace cinco años). A repartir, 158 escaños en el Parlamento, ocho menos que en la pasada legislatura.

Cada votante enumera en su papeleta, en orden de preferencia, a los candidatos que apoya en su circunscripción. A partir de ahí se abre el juego. El candidato más votado como primera preferencia necesita alcanzar un determinado número de los votos totales de una circunscripción para poder garantizarse un lugar en el Parlamento. Este número se obtiene dividiendo el total de los votos de una circunscripción entre el número de escaños en el Parlamento adjudicado a la misma, más uno.

Sin embargo, y como se está viendo a la largo de este sábado lluvioso, ningún candidato en la circunscripción de la Dublin Bay South, (como ejemplo más destacable, ya que es la más grande del país, pues de ella saldrán cinco miembros del futuro Parlamento) ha llegado a ese número solo con los primeros votos.

En ese caso, ¿qué pasa?

Una vez se han contado todos los votos marcados con el número 1, se eliminan aquellos candidatos que obtuvieron menos apoyos en la primera preferencia y se distribuyen los votos de sus papeletas entre los candidatos marcados con un 2. Así sucesivamente hasta que los primeros 3, 4 ó 5 candidatos (en función del peso de una circunscripción) alcanzan la cuota necesaria para llegar al Parlamento.

Las apuestas

Los resultados parecen especialmente difíciles de predecir en esta ocasión. Similar a lo que ha pasado en España, nada está claro debido a la fragmentación de las preferencias del electorado.

Una de las posibilidades que resuenan con más fuerza es que los dos partidos más establecidos, Fine Gael y Fianna Fáil, tengan que pactar para garantizar la gobernabilidad. Sería la primera vez que estos partidos, de tradición conservadora, se coaligaran para formar gobierno. Mientras el primero votó a favor de la independencia de Irlanda para conseguir la paz (a pesar de la escisión), el segundo votó en contra de dicha escisión tras la revolución de 1916. Cien años después, estos dos enemigos ­-con los años, ambas facciones se han suavizado-­ podrían necesitarse.

Lo más palpable es la sensación de derrota entre los seguidores de Labour (centro izquierda). Sienten el castigo de sus votantes por la coalición con Fine Gael, el partido conservador que lidera el presidente Enda Kenny, durante estos cinco años de rescate y austeridad. Se especula con que vean reducida su presencia parlamentaria a menos de ocho congresistas.

A ello hay que añadir que el Sinn Féin colocaría en un aprieto a los laboristas, ya que se espera que Gerry Adams se haga con buena parte del voto de la izquierda desencantada. De este desencanto se podrían beneficiar también los verdes y la alianza contra la austeridad (AAA).

La aparición del partido Social Demócrata supone otra preocupación para los laboristas. De momento ya tiene garantizados tres escaños en el Parlamento, adjudicados a políticos de carrera que han decidido ir de la mano en estos comicios.

Por el momento, el recuento no ha concluido y seguramente se alargue a la mañana del domingo.