Más garantías para el comercio europeo en Internet

El comercio por Internet en la UE ha aumentado mucho en los últimos años. Para que sea más claro y más seguro para los usuarios la Comisión europea propone conectar en red los registros comerciales de los Estados miembros, de esta forma los empresarios y sus clientes podrán acceder a la información básica de una empresa, como el capital social, la sede o la forma jurídica.

carritos de la compra salen de una pantalla de ordenador

La UE quiere Interconectar los registros de empresas para facilitar el acceso electrónico desde los veintisiete a la información de los negocios. La interconexión en red garantizará, que los datos están actualizados y proporcionará un acceso más rápido y más fácil a la información comercial. Conocer la dirección de la sede social, el capital o la forma jurídica de una empresa asegurará a los consumidores que la compra que van a realizar es segura.

Potenciar el comercio transfronterizoes fundamental para ese mercado común que es la UE y la principal herramienta es Internet.

Dado el gran incremento que se ha registrado en los últimos años en Europa del comercio por Internet, el comisario de Comercio, Michel Barnier, ha dicho en la presentación de la propuesta que los consumidores, «en particular los que compran por Internet, deben disponer de informaciones fiables y al día sobre las sociedades» para poder verificar su legalidad. Los registros comerciales están gestionados de diferente forma según los países, en unos dependen de las autoridades estatales y en otros de las regionales o locales.

Hasta ahora estos registros no tienen capacidad para compartir información de manera eficiente y transparente. Tener esa información será muy útil para las propias empresas en caso de fusiones, cambios de sede o para potenciales socios comerciales o ya existentes. Además acorta el tiempo de obtener informes de empresas localizadas en otro país y un ahorro considerable de dinero en la traducción de los documentos.

Un informe de la Comisión europea señala que en 2008 el 33% de los ciudadanos comunitarios hicieron pedidos en línea, pero solo un 7% lo hizo en un país distinto del suyo. Una de las razones para no hacerlo fue la dificultad de establecer si la empresa que vendía era digna de confianza.