Preparando el transporte del futuro

¿Quien dijo que hay que reducir el transporte para emitir menos gases de efecto invernadero a la atmósfera?. La UE no lo cree y ni siquiera se lo plantea. En su opinión el transporte debe cambiar, hay que romper la dependencia de combustibles fósiles como el petróleo sin sacrificar «la eficiencia ni comprometer la movilidad».

Este lunes se han presentado una serie de propuestas con un camino complicado pero con la vista puesta en un futuro no muy lejano: el año 2050. Para entonces se debería haber reducido drásticamente la dependencia de Europa del petróleo importado y en un 60% las emisiones de CO² del transporte que habrá aumentado y será mejor para todos incluso para el medio ambiente.

Un barco cargando
Puerto de Hamburgo/Foto:CE

El sistema europeo de transporte de la UE debe cambiar, en primer lugar hay que diferenciar claramente entre el transporte urbano, el interurbano y el internacional. El reto está en no dar un paso atrás. No restringir la movilidad, ni tampoco dejar que todo siga igual.

La hoja de ruta Transporte 2050 hacia un espacio único europeo de transporte quiere eliminar los principales obstáculos y cuellos de botella en los que se estanca la movilidad, en las infraestructuras de transporte y la inversión, la innovación y el mercado interior. El principal objetivo es la creación de un espacio único europeo que sea más competitivo e integrado que enlace los diferentes medios y que permita un cambio profundo en las actuales pautas de transporte tanto de pasajeros como de mercancías.

Trayectos interurbanos

El 50% de todo el transporte de media distancia de pasajeros y mercancías debe dejar la carretera para transferirse al ferrocarril y a las vías fluviales.

Para 2050 la mayor parte del transporte de pasajeros, para distancias mayores de 300 km, se hará por ferrocarril. En 2030 ya se hará el 30% y superará el 50% en 2050.

Se habrá diseñado una red básica de corredores de transporte por toda la UE que garantice la transferencia eficiente entre los diferentes modos, la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T).

Todos los aeropuertos principales europeos estarán conectados a la red ferroviaria, preferiblemente de alta velocidad. Todos los puertos importantes de mar estarán conectados con el sistema ferroviario de transporte de mercancías y, cuando sea posible con el sistema de navegación interior.

Viajes de larga distancia e intercontinental de mercancías

En estas distancias seguirá prevaleciendo el transporte aéreo y marítimo.

Para 2050 el 40% del combustible que se utilice en el sector aéreo y en el marítimo deberá ser de baja emisión de CO².

En 2020 se deberá haber terminado la modernización del sistema de control de tráfico aéreo europeo. Se habrá logrado el Cielo Único Europeo con trayectos más cortos y seguros y mayor capacidad.

Así mismo, se habrán implantado sistemas inteligentes de gestión del transporte por tierra y por agua.

Transporte urbano

Los vehículos que circulen en las ciudades y los combustibles que utilicen serán más limpios. Se trata de reducir en un 50% el número de vehículos que consuman combustible convencional de aquí a 2030 y su progresiva eliminación total en las ciudades antes de 2050.

Conseguir que no se produzcan muertes en las carreteras. La UE se ha fijado la meta de reducir a la mitad las víctimas de la carretera para 2020 y seguir hasta llegar a 2050 cumpliendo el objetivo de «cero muertes».