El acuerdo sobre el clima cada vez más lejos

La ONU descarta que Estados Unidos vaya a anunciar algún compromiso de reducción de sus emisiones en la cumbre de Barcelona. «Sería bonito» ha dicho Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, pero desde luego no es probable.

Por su parte los países africanos amenazan con marcharse si no se toman decisiones. Mientras la UE, que ha fijado de forma unilateral reducir sus emisiones en un 20 %, clama en el desierto afirmando que llegaría hasta el 30 % si los otros países desarrollados hacen lo mismo.

Las Organizaciones ecologistas muestran relojes indicando que el tiempo se acaba. Efectivamente, el viernes termina la reunión de Barcelona y es difícil que se tome ya alguna resolución que pueda llevar a un acuerdo en Copenhague.

ecologistas entregan relojes a Yvo de Boer
Representantes de organizaciones ecologistas con Ivo de Boer en barcelona

El máximo representante para el cambio climático de la ONU, Yvo de Boer, ha descartado que Estados Unidos esté dispuesto a asumir algún compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la cumbre que se está celebrando toda esta semana en Barcelona.

A pesar de todas las esperanzas puestas en Barack Obama, la decisión de una reducción de las emisiones depende de una ley que debe aprobar el senado estadounidense.

La UE que ha aumentado su compromiso de reducir sus emisiones del 20 al 30 %, si los demás países desarrollados hacen lo mismo dice, cada vez menos convencida, que todavía queda tiempo. Pero en Bali se dieron dos años que terminarán en la cumbre de Coppenhague, el próximo diciembre, y todavía no hay trazas del acuerdo.

Los representantes de varias naciones africanas encuadradas en el grupo G-77, al que se han unido Brasil o China entre otros, están dispuestos a interrumpir las negociaciones hasta que haya algún compromiso de las naciones más industrializadas para pagar la adaptación al cambio climático de estos países.

La situación es tan confusa que algunas voces apuntan que para evitar un fracaso en Copenhague lo mejor sería no clausurar la conferencia oficialmente y seguir negociando hasta que se llegue a un acuerdo.