Al proyecto de reforma de la PAC le llueven las críticas

Mucha reforma para unos y poca para otros. Poco presupuesto, mucha ecología y un exceso de burocracia para las organizaciones de agricultores y demasiadas ayudas y menos cuidado del medio ambiente del que sería necesario para las organizaciones ecologistas. El comisario de agricultura y medio rural, Dacian Ciolos, debe de estar comprobando por sí mismo la verdad que encierra el refrán español de que «nunca llueve a gusto de todos», ni siquiera se han mostrado muy de acuerdo en el Parlamento Europeo, donde el comisario ha explicado las líneas maestras de su propuesta.

Unas flores rodeadas de abejas
Foto:CE

En general los eurodiputados socialistas españoles aceptan la orientación de la reforma pero juzgan que «es insuficientes tal y como han demostrado las recientes crisis en el sector de frutas y hortalizas». Para la eurodiputada socialista de Castilla y León, Iratxe García, integrante de la comisión de Agricultura de la Eurocámara «en el difícil contexto actual, que en agricultura se agrava con elevados costes de producción y bajos precios al productor, la reforma que plantea la Comisión no será capaz de preservar la actividad agrícola y ganadera a partir de 2014». También se han mostrado preocupados por la dotación económica de la nueva PAC, que se debatirá por primera vez en el Parlamento Europeo en paralelo a las propuestas legislativas.

Las organizaciones agrarias Asaja, Upa y Coag consideran que dañará a los productores españoles y que aumentará las cargas burocráticas. El secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag), Miguel López, ha alertado de que la propuesta provocará grandes daños sobre el tejido productivo y el empleo. Aunque se ha mostrado de acuerdo con que se establezca un techo a las ayudas que reciben las grandes explotaciones, ya que el dinero público no debe servir «para seguir engordando fortunas», sino para mantener el sistema productivo y generar empleo.

Por su parte el vicepresidente de Asaja, Ricardo Serra Arias, juzgó la propuesta de la Comisión de «absolutamente negativa en un contexto como el que vivimos» y calificó de locura emprender el «cambio radical» que se plantea. Para el director de la oficina de UPA en Bruselas, Javier Corrales, la reforma de la PAC «no ataja ni aborda los problemas principales del sector, que son la falta de precios y la rentabilidad de las explotaciones». A la principal organización de agricultores a nivel europeo, Copa-Cogeca, las propuestas de barbecho ecológico le parecen «ilógicas cuando la demanda alimentaria mundial debe aumentar en un 70% de aquí a 2050». El presidente de la federación de agricultores alemanes, Gerd Sonnleitner, opina de una forma muy parecida, ha dicho que esa medida significa que en Alemania habrá 600.000 hectáreas utilizables menos en un momento en el que será necesario producir más alimento para la población y biocarburantes

A la ministra española de Agricultura, Rosa Aguilar, le parece «cuando menos decepcionante» y cree que se merece «casi una enmienda a la totalidad».

En Italia tampoco ha gustado mucho la propuesta de reforma, el ministro de Agricultura la ha juzgado de «globalmente insatisfactoria» mientras que para su homólogo británico representa un paso atrás. Para el ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire el proyecto de la Comisión «no corresponde a la realidad económica de las explotaciones». Francia es el principal beneficiario en estos momentos de las ayudas de la PAC con 7,6 mil millones de euros, le siguen Alemania con 5,1 mil millones y España con 5.000 millones.

Las organizaciones ecologistas WWWF Y Seo Birdlife denuncian que la propuesta del comisario tiene mucho de retórica y echan de menos una PAC más sostenible desde el punto de vista ambiental y social. Por su parte Greenpeace considera que la nueva PAC no responde a los retos medioambientales y que, sin embargo, dejará una puerta abierta para seguir subvencionando actividades agrícolas»destructivas».

A la reforma de la PAC le queda un largo camino de año y medio de negociaciónes entre los gobiernos de los veintisiete, el Parlamento Europeo y la Comisión. La próxima discusión será en el Consejo del 27 de octubre en Luxemburgo.