Barroso exige a los bancos eliminar el pago de bonus y dividendos a cambio de recapitalización

La recapitalización de la banca europea es urgente para restaurar la confianza en la eurozona, pero debe ser coordinada y con la condición de que los bancos que necesiten capital no paguen dividendos ni participaciones en beneficios. Es la hoja de ruta que ha presentado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, partidario de que las ayudas a la banca salgan del fondo de rescate europeo solo como último recurso.

El pte. de la CE, Durao Barroso, en el Parlamento Europeo
El pte. de la CE, Durao Barroso, en el Parlamento Europeo / Foto:CE

Barroso se ha sumado a las tesis alemanas, que proponen una recapitalización bancaria, en primer lugar, recurriendo al mercado; si no es suficiente, con ayudas públicas nacionales; y sólo en último término utilizando el fondo europeo de estabilidad financiera de 440.000 millones de euros en aquellos países sin recursos suficientes para ayudar a sus entidades financieras.

El jefe del ejecutivo comunitario ha advertido de que si no se actúa rápidamente, la crisis bancaria se contagiará y amenaza con convertirse en sistémica. En su discurso de este miércoles ante el Parlamento Europeo, Barroso ha señalado que la recapitalización debe incluir todos los bancos sistémicos y teniendo en cuenta toda la exposición a la deuda soberana de forma transparente, con la exigencia temporal de un ratio de capital básico más alto.

«Los bancos que no tengan el capital exigido deberán presentar planes para lograrlo lo antes posible. Hasta que lo hagan, se les deberá prohibir el pago de dividendos y bonus», ha propuesto el presidente de la Comisión Europea, quien aclara que serán los supervisores nacionales los que se encarguen de impedir el pago.

Barroso ha pedido adelantar un año, a mediados de 2012, la entrada en funcionamiento del nuevo fondo permanente de rescate europeo y ha reclamado al Banco Central Europeo que continúe con su política de suministro de liquidez.

La propuesta de Bruselas ve solución a los problemas financieros de la eurozona con las herramientas que dan los actuales Tratados de la Unión, en contra de las voces de algunos dirigentes comunitarios que no descartan futuras reformas.

La cumbre europea de final de mes se presenta decisiva. En un comunicado, Barroso advierte que «tenemos que anticiparnos a los hechos. La confianza solo puede restablecerse mediante un despliegue inmediato de todos los elementos necesarios para resolver la crisis. Solo de esta manera podremos convencer a nuestros ciudadanos, a nuestros socios mundiales y a los mercados de que tenemos soluciones a la altura de los retos con los que se están enfrentando todas las economías. Tenemos que llegar a un acuerdo en el Consejo Europeo del 23 de octubre».