La corrupción frena el proceso de transición en Kosovo

Kosovo tiene desde este mes una nueva presidenta. Atifete Jahjaga, hasta ahora subdirectora de policía, ha sido nombrada por acuerdo de las principales fuerzas políticas y con el dedo de Estados Unidos. El país más pobre de Europa, independizado de Serbia unilateralmente en 2008 y tutelado por la UE, se ve estancado en un proceso de transición difícil, sin el reconocimiento unánime de los 27, con una economía dependiente de la ayuda exterior, en medio de una crisis institucional, con cada vez más casos de corrupción y con un primer ministro acusado de tráfico de órganos humanos por el Consejo de Europa.

Hillary Clinton y Atifete Jahjaga
Hillary Clinton y Atifete Jahjaga / Foto: Embajada EEUU en Pristina

Hašim Red¸ep, ex-gobernador del Banco Central de Kosovo fue detenido en julio pasado por corrupción, abuso de poder, soborno, evasión fiscal, tráfico de influencias y blanqueo de dinero. Los exportadores desde Kosovo deberán esperar algunos meses para poder exportar bienes hacia los mercados de la UE. El presupuesto general para 2011 debía ser aprobado en el parlamento kosovar en diciembre del año pasado, pero la situación incierta provocada tras los resultados electorales bloquearon una solución al respecto.

El periódico The Guardian trata al primer ministro Hashim Thaçi de pez gordo del crimen organizado, según los informes a los que ha tenido acceso de varios servicios de inteligencia, y que implican a otros altos cargos locales, con la pesada carga a sus espaldas de haber participado presuntamente en toda clase de delitos durante la guerra y camino a la independencia de Kosovo. El 28 de septiembre de 2010, el primer presidente kosovar, Fatmir Sejdiu, se vio obligado a abandonar su cargo tras fallar los jueces que había violado la Constitución al ejercer dos cargos públicos al mismo tiempo (Presidente de Kosovo y líder del PDK). Behgjet Pacolli, el hombre más rico de Kosovo y gran magnate de la construcción, abandonó su puesto de presidente el pasado 30 de marzo, tras el dictamen de la Corte Suprema, que consideraba su elección anti-constitucional. Atifete Jahjaga fue nombrada nueva presidenta de Kosovo con el apoyo de la mayoría parlamentaria, tras una reunión de urgencia de la clase política kosovar en la Embajada americana.

Acuerdo preferencial estancado

El horizonte económico kosovar no acaba de despejarse. Kosovo tenía firmado un acuerdo económico preferencial con la Unión Europea, que finalizó a finales del año 2010, que le reportaba acceso a 520 millones de consumidores, y de momento este no se ha prorrogado. Inevitablemente los costes de esta situación serán elevados para la precaria economía kosovar. Kosovo se encuentra ante la posibilidad de perder su 6.1 por ciento de crecimiento previsto para este año, por el retraso en la formación de gobierno que hubo tras la salida de Sejdiu, pero también por la parálisis de las relaciones mercantiles con la UE, tal como alertan todos los economistas. Los desacuerdos internos sobre el reconocimiento de la independencia kosovar en el seno de la UE parece ser el motivo por el que se retrasa la renovación del acuerdo. Berat Rukiqi, de la Cámara de Comercio de Kosovo, lo afirma: «Las medidas comerciales autónomas expiraron el 31 de diciembre. A la vez, pedimos a la Comisión Europea que se extienda el acuerdo hasta el 2015, pero no hemos recibido ninguna respuesta». Sugiere que la verdadera causa de la demora son los cinco estados de la UE que no reconocen Kosovo: España, Rumania, Grecia, Chipre y Eslovaquia.

No obstante el problema no es tan solo coyuntural sino también estructural. Además de los problemas propios derivados de la transición política y económica, hay indicadores que se han vuelto constantes, y no acaban de mostrar progreso ni mejoría. Los flujos de las remesas - fundamentalmente de Alemania y Suiza - se estima que representan aproximadamente el 15 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), y las actividades financiados por las ayudas directas y las donaciones superan el 7 por ciento, cifras todavía elevadas para una economía que no acaba de despegar. Los ciudadanos de Kosovo son los más pobres de Europa, con un promedio anual de ingreso per cápita de sólo 2.300 dólares; el desempleo afecta a alrededor del 40 por ciento de la población activa; un escenario que fomenta la migración hacia el exterior y el incremento del mercado negro, medio principal de subsistencia de un número importante de la población kosovar.

Implicaciones criminales de la clase política

El Primer Ministro Hashim Thaçi dijo a finales de diciembre que el informe del Consejo de Europa acusándole de estar involucrado en el tráfico de órganos humanos como jefe del clan de Drenica podría interrumpir las conversaciones futuras con Belgrado. miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa - contra el diálogo entre Kosovo y Serbia». La investigación formal sobre el tráfico de órganos en Kosovo fue impulsada por las revelaciones del ex-fiscal jefe de crímenes de guerra en La Haya, Carla Del Ponte, en su libro La caza, donde señaló que se le había sido impedido investigar adecuadamente las presuntas atrocidades cometidas por el Ejército de Liberación de Kosovo.

Las acusaciones saltaron a la opinión pública cuando fue publicado el informe del Consejo de Europa, coincidiendo además con las pasadas elecciones electorales, marcadas por el fraude en algunas localidades, tradicionalmente bastiones electorales de Thaçi, que obligaron a repetir los comicios en esos lugares. Desde su nombramiento al frente del ejecutivo, las acusaciones hacia su persona han ido en aumento, así como hacía su entorno más cercano. Otro ex-miembro del Ejército de Liberación de Kosovo, Xhavit Haliti, hoy diputado del PDK, hombre de confianza del primer ministro, es acusado por informes de inteligencia de la OTAN de estar «altamente implicado en la prostitución, y el tráfico de armas y drogas, y de ser el poder a la sombra de Thaçi», según las informaciones publicadas por The Guardian. El informe de Dick Marty le acusa igualmente de haber ordenado, incluso haber participado directamente, en «asesinatos, detenciones, agresiones e interrogatorios» inmediatamente después de la guerra.

Crisis de gobierno

El Parlamento de Kosovo se reunió el jueves pasado para elegir la presidencia del país, después de que se declarase ilegal el nombramiento de Pacolli en febrero. Tras dos días de intensas negociaciones, la coalición de Gobierno y el mayor partido de la oposición lograron acordar nombrar a una candidata común. Se esperaba que en la votación se presentara una segunda candidata, Suzana Novoberdali, miembro de la Nueva Alianza de Kosovo, el partido de Pacolli. Pero Novoberdali no tenía posibilidades de ser elegida. Fue nominada sólo para que hubiera al menos dos candidatos, y cumplir así con el requisito legal.

El objetivo principal fue superar el estancamiento creado después de que la Corte Suprema declarase ilegal el proceso por el cual los parlamentarios kosovares eligieron a Pacolli como presidente el pasado 22 de febrero. Según la Corte Suprema el Parlamento violó la Constitución porque Pacolli no tuvo contrincantes, al ser el único candidato, y no conseguir el apoyo de dos tercios de los diputados. Esa sesión fue boicoteada por todos los partidos de la oposición. La Constitución establece que el Parlamento, si no logra elegir un presidente, debe disolverse y convocar elecciones legislativas anticipadas en un plazo de 45 días.

Pacolli abandonó su puesto de presidente el pasado 30 de marzo, tras el dictamen de la Corte Suprema, el segundo que dejó vacante el puesto del jefe del Estado tras la dimisión de Sejdiu.

Nueva presidenta

La nueva presidenta de Kosovo, Atifete Jahjaga, es la elección del embajador estadounidense en Kosovo, Christopher Dell, y no de los líderes de los tres partidos de los albaneses de Kosovo, dijo el ex presidente de Kosovo, Pacolli. El primer ministro Thaçi, líder del Partido Democrático de Kosovo (PDK), e Isa Mustafa, jefe de la opositora Liga Democrática de Kosovo (LDK) se sorprendieron cuando, invitados a la Embajada americana, el embajador estadounidense, Christopher Dell, les entregó un sobre en el que estaba escrito el nombre de Jahjaga como candidata a la presidencia. «El sobre estaba cerrado. Él nos dijo que se debe aceptar porque de lo contrario perdería el apoyo estadounidense, y se perdería la agenda norteamericana para Kosovo», dijo Pacolli. Jahjaga, de 35 años de edad, es subdirectora de la Policía kosovar, con una carrera meteórica que la ha llevado a ser la mujer con mayor cargo dentro de las fuerzas policiales del Sudeste europeo. No obstante su nombramiento genera todo tipo de suspicacias y desacredita la imagen de Kosovo como país independiente. Entre los activos que presenta su candidatura se encuentra sus estrechos vínculos con la administración americana.

El acuerdo alcanzado entre el primer ministro y el jefe de la oposición prevé que el mandato de Jahjaga sea solamente de un año. Thaçi y Mustafa acordaron que luego se elegirá por voto popular a un nuevo jefe de estado, y que las próximas elecciones parlamentarias se celebrarían en otoño de 2013, por lo que la legislatura del Gobierno de Thaçi se verá acortada. El primer ministro tuvo que aceptar un compromiso con la oposición debido a que sólo cuenta con 62 de los 120 escaños parlamentarios, y por tanto no tenía posibilidad de imponer un candidato propio, ya que la oposición amenazaba con boicotear de nuevo la votación, que requiere un quórum mínimo de 80 diputados.

Balance nada positivo

Kosovo lanzó su brindis al sol una vez fue declarada su independencia unilateral en 2008, a la espera de que el desencanto de casi 10 años de administración internacional fuera reemplazado por un porvenir provechoso como estado independiente. Desde que Hašim Red¸ep, ex-gobernador del Banco Central fuera detenido en julio pasado por corrupción, los esfuerzos de ingeniería política desde Washington y Bruselas se van revelando todavía como insuficientes, ante el enorme desafío de la tarea, vista la todavía condición de protectorado internacional que manifiesta Kosovo ante su crisis de alternancia política. No sólo no se ha invertido el desencuentro kosovar con la potencia regional serbia, decidida a no reconocer la independencia de su ex-provincia yugoslava, sino tampoco se ha logrado neutralizar la herencia negativa del pasado, que cada vez deja más a las claras el truculento camino recorrido por Kosovo para lograr su independencia.

Kosovo sigue ocupado por casi 9.000 soldados, y tutelada por la Unión Europea, aunque se declaró independiente en febrero de 2008. De momento 75 países de las Naciones Unidas han reconocido su independencia.