¿Medidas contra la pérdida de biodiversidad? Vuelva dentro de diez años

Hasta ahora creíamos que la frase «vuelva usted mañana» era propia de España, pero ahora nos damos cuenta de que hay otra en la Unión Europea que la supera y es «vuelva usted dentro de diez años».

Acaba de suceder con los problemas de pérdida de biodiversidad y no es la primera vez. En 2001, en la cumbre de Gotenburgo, la UE se fijó como objetivo el año 2010 para frenar la pérdida de biodiversidad. En el Consejo de este lunes, los ministros de Medio Ambiente, han tenido que reconocer que no se ha alcanzado esa meta y se han dado otra década de plazo.

Un pájaro azul y naranja
Foto/CE

Sería injusto decir que no se ha hecho nada, se ha extendido la red de zonas protegidas Natura 2000 y se han realizado fuertes inversiones. No ha sido suficiente ni para la biodiversidad ni para los suelos, Alemania, Francia, Reino Unido, Austria, Países Bajos y Malta, continúan bloqueando la norma que debería aumentar su protección. Y todo esto sucede en el año Internacional de la biodiversidad y en vísperas de una Conferencia convocada por la ONU en Nagoya (Japón).

La palabra biodiversidad es la contracción de diversidad biológica, se aplica a describir la cantidad, variedad y variabilidad de los organismos vivos. Es sinónimo de la vida en la Tierra.

Las especies, como seres vivos que son acaban por extinguirse, pero en los últimos años esa desaparición se ha acelerado a un ritmo que dista mucho de ser natural. Y es la actividad humana la que ha roto el tempo.

En estos momentos se extinguen 50.000 especies por año, de las que solo conocemos 7.000. Esto, según los expertos, representa 10.000 veces la tasa natural. De seguir así a finales de este siglo habrán desaparecido los dos tercios de las especies del Planeta.

No nos referimos solo a la vida animal, también a especies vegetales con el consiguiente riesgo en la seguridad alimentaria y el aumento de catástrofes naturales.

Según la ONU, en 2005 se produjeron las pérdidas financieras más cuantiosas que se hayan registrado nunca como resultado de desastres naturales.

Las intensas lluvias de agosto de 2002 y de 2005 en Europa Central provocaron graves inundaciones. Durante el siglo XX se habían construido diques, corregido y profundizado el cauce

de la mayoría de los ríos que, que de esta forma, vieron alterado su curso. La capacidad natural de la tierra para retener y almacenar agua se ha reducido debido a la pérdida de marismas, bosques y al cultivo intensivo. Las enormes extensiones de campo fomentan la escorrentía y la erosión. La maquinaria pesada utilizada en la agricultura compacta el suelo, así que no absorbe el exceso de agua. De nuevo hay que corregir las cuencas fluviales para que no se produzcan inundaciones. Una pérdida continua de dinero, energía, suelo y hasta de vidas humanas.

La Unión Europea se ha marcado un nuevo plazo en 2020 y otro más lejano en 2050 para detener la degradación de los ecosistemas y restaurarlos. euroXpress