Sin sorpresas en la reunión del BCE en Barcelona

El BCE no ha modificado los tipos de interés ni ha decidido volver a comprar bonos de los países con más problemas financieros. Una reunión de rutina en la que se supone que han examinado la situación económica de España, no porque la reunión se haya celebrado en Barcelona sino porque en estos momentos es la que más preocupa en Europa. En la rueda de prensa posterior a la reunión, Mario Draghi ha apoyado las reformas que está haciendo el presidente Mariano Rajoy.

Reunión del BCE en Barcelona
Reunión del BCE en Barcelona / Foto: BCE

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha asegurado que está de acuerdo con que se tomen medidas de crecimiento en la zona euro, pero sin abandonar la consolidación fiscal. «El crecimiento debe basarse en la estabilidad presupuestaria y en las reformas estructurales» ha dicho.

Ha hecho hincapié en que son los gobiernos nacionales los que deben corregir sus desequilibrios y ha elogiado los esfuerzos «muy significativos» que en ese sentido está haciendo el Gobierno español, «Ha realizado muchas reformas en poco tiempo. Y hay que reconocer el esfuerzo» ha dicho. En cuanto a la reforma financiera ha señalado que «España debe tomar más medidas en materia fiscal y con los bancos».

En cuanto al programa de compra de deuda soberana de países con dificultades financiera por parte del BCE que se interrumpió hace siete semanas, se ha limitado a decir que el programa sigue vigente y que se puede reactivar en cualquier momento. Ha recordado que no es «infinito ni eterno».

Ha asegurado que el objetivo fundamental del BCE es mantener la estabilidad de los precios a medio plazo y que esa es la mejor contribución de la entidad para fomentar el crecimiento y la creación de empleo en la eurozona.

Esta tarde se reunirá Mario Draghi con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien probablemente, le hable de la tesis que ha defendido esta misma mañana en Madrid basada en una política económica que combine la reducción del déficit y las reformas estructurales en toda la UE para estimular el crecimiento. En sintonía con la mantenida por el presidente del BCE.