Zapatero preparará en Estocolmo la presidencia española de la UE

España sucederá a Suecia en la presidencia de la UE el 1 de enero de 2010. El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, viajará a Estocolmo para entrevistarse con el Primer Ministro sueco, Fredrick Reinfeldt, y coordinar los trabajos que ambos deben llevar a cabo en los próximos meses.

La superación de la crisis económica y la lucha contra el cambio climático son objetivos prioritarios para los dos países, en un periodo de cambios institucionales en la propia Unión. Según el gobierno español, a Suecia le toca la transición y a España iniciar una nueva etapa.

Estocolmo/Foto:Gunnar Seijbold

La vuelta del verano se pone interesante políticamente en la Unión Europea y la presidencia sueca va a tener que afrontar el arranque de unas instituciones renovadas: el nuevo parlamento europeo se pone a funcionar con la decisión de confirmar o no al presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, en el cargo. En octubre, los irlandeses votan en referéndum el Tratado de Lisboa. Si, como es previsible, se aprueba, la UE tiene que renovarse en sus principales instituciones y en muchas de sus funciones. De cómo Estocolmo gestione y ordene ese "totum revolutum" depende en buena forma el éxito de la presidencia española de la Unión, que comienza el 1 de enero de 2010.

Los suecos han centrado los objetivos del trimestre en dos puntos fundamentales también para España: la crisis económica y el cambio climático, de forma que los resultados del próximo trimestre también van a condicionar el margen de maniobra del gobierno de Zapatero al frente de la UE.

Superar la crisis económica

El propio presidente del gobierno repitió durante la campaña electoral de las europeas que "España se plantea una presidencia de acción, de iniciativa. No va a ser una presidencia de mera gestión, sino europeísta, de ambiciones y objetivos políticos".

Para conseguir el primero de esos objetivos, la superación de la crisis económica, España no llega con muy buenas notas. Francia y Alemania ya han dicho adiós formalmente a la recesión y en Madrid todavía eso se ve a medio plazo. Además, España tiene las cifras de paro más altas de toda la Unión y de aquí a enero es muy posible que aún se aceleren. Sin embargo, el programa español para la presidencia es optimista. Se propone impulsar un crecimiento económico sostenible y un aumento del empleo mediante inversiones en I+D+i, elemento fundamental de la fallida Estrategia de Lisboa, que ahora toca revisar para que la UE consiga ser la economía más competitiva del mundo.

En los próximos meses la UE debería además concretar los anunciados sistemas de vigilancia y control de las instituciones financieras. El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, ha dicho que Europa no volverá a permitir que sucedan "crisis de descontrol" como la que ha llevado al sistema "al borde del colapso". López Garrido ha garantizado que el sistema financiero "va a estar supervisado y controlado desde Europa" a partir de la presidencia española de la UE.

A España le tocará también elaborar la nueva Agenda Social de la UE en pleno Año Europeo contra la Pobreza y la Discriminación. Si lo consigue, puede ser uno de los mayores éxitos de la presidencia española en un terreno en el que hasta ahora han abundado más las declaraciones de buenas intenciones que los hechos concretos en el conjunto de la Unión. Ahí está en juego lo que queda del Estado del Bienestar, las políticas de igualdad entre hombres y mujeres, el envejecimiento de la población o el acceso general de los ciudadanos a las nuevas tecnologías.

Europa, contra el cambio climático

En diciembre se celebra la Cumbre del Clima de la ONU, que debe renovar los acuerdos de Kyoto para la reducción de gases de efecto invernadero, a la que Europa va como abanderada en la lucha contra el cambio climático. Los últimos pasos dados por la administración Obama apuntan al consenso de EE.UU. y Europa, después de un fuerte enfrentamiento durante el mandato de Bush. Puede ser un éxito que España tendrá que gestionar desde la UE. Todo un desafío.

En una línea paralela, la presidencia española tiene que afrontar el Plan de acción energética de la UE 2010-2020, sobre las bases de la eficiencia, la seguridad y la diversificación. El ahorro energético y evitar la dependencia de buena parte de Europa del inestable suministro del antiguo bloque soviético son los objetivos.

Europa, una única voz en el mundo

El tercer eje sobre el que trabajará la presidencia española será la política exterior de la UE, con el hasta ahora imposible propósito de que Europa consiga ser un actor global y único en el mundo. El Tratado de Lisboa pone las herramientas para conseguirlo, un presidente de la Unión, algo parecido a un ministro de Asuntos Exteriores y un servicio exterior único para toda la UE. Falta, como siempre, la voluntad política de lograrlo y hacerlo efectivo.

Oportunidades para que los encuentros sean más que una foto va a haber. Además de la cumbre del G-20, durante la presidencia española se pone la mirada en América. La vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha destacado esa orientación euroamericana del semestre español con la Cumbre UE-EEUU, que se desarrollará "en un momento en el que la llamada Agenda Transatlántica necesita ser mejorada tras 15 años" y la Cumbre América Latina-Caribe, ya que pretenden "dar un salto cualitativo en las relaciones de la Unión Europea con Latinoamérica". En los primeros meses de 2009 se celebrará también la Cumbre Euromediterránea y la Cumbre de la UE con Marruecos.

Aún hay otro punto destacado en la agenda y no el menos importante. Se trata de desarrollar el llamado Programa de Estocolmo, que enmarcará la acción de la Unión sobre las cuestiones de la ciudadanía, la justicia, la seguridad, el asilo y la inmigración en los próximos cinco años. En un tono un tanto propagandístico, la UE dice que se trata de promover una Europa de los derechos , una espacio europeo de la justicia, una Europa protectora y una Europa solidaria. Sea como sea, hay propuestas interesantes sobre ciudadanía europea, lucha contra el crimen organizado y el Pacto europeo sobre inmigración y asilo. Casi nada.

España debe coordinar sus trabajos con los dos países que ostentarán la presidencia de la UE posteriormente, Bélgica y Hungría.

euroXpress