«El plan global de reformas pactado con la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI, y la adopción por parte del parlamento griego de las leyes clave sobre la estrategia fiscal y las privatizaciones deben finalizarse de manera urgente durante los próximos días. Ello servirá de base para fijar los principales parámetros de un nuevo programa apoyado conjuntamente por sus socios europeos y el FMI, en línea con las prácticas actuales, y permitirá un desembolso a tiempo para cubrir las necesidades de financiación de Grecia en julio», dice el comunicado de conclusiones de la cumbre.

El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, se reunió antes de la cumbre con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, para elaborar ese documento que deja las cosas definitivamente claras para Grecia. El Fondo Monetario Internacional condiciona igualmente su parte del rescate a que Atenas de garantías de cumplimiento.

El problema es de política interna. A la predisposición para adoptar los recortes del gobierno socialista de Yorgos Papandreu se opone el rechazo tajante del líder conservador griego, Antonis Samaras, quien ni siquiera hizo caso en Bruselas a las llamadas a la responsabilidad histórica que hizo su correligionaria Merkel. «Dada la duración, magnitud y naturaleza de las reformas necesarias en Grecia, la unidad nacional es un requisito previo para el éxito», dice el documento del Consejo Europeo.

Si finalmente el plan de ajuste y privatizaciones sale adelante en el Parlamento griego,además de ayuda inmediata para que el país pueda pagar a sus acreedores este verano, se aprobará un segundo rescate que, según han confirmado hoy los 27, se financiará con fondos públicos y privados, aunque los bancos lo harán de forma voluntaria.